
Tener de excusa la realización del trabajo para poder unir nuestras culturas es genial.
No hay foto que grafique lo desopilante de nuestras reuniones, enseñandole vocabulario...digamos impropio... a Clem y descubriendo que él es más argentino que nosotras en algo: toma mate y nosotras no!!
También cómo el idioma no es necesariamente una barrera comunicacional: a fuerza de señas, caras, tonos de voz, Eli y Clem logran comunicarse... y si nada de eso funciona, entre en juego mi trabajo oficial de traductora.
Sin más nada que agregar, me despido
Besos
Celes
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